Las estadísticas enseñan que mil millones de niños (la mitad de los niños en el mundo) sufren de pobreza física. La otra mitad (quienes viven en los países desarrollados) se enfrentan a pobreza espiritual. Según un estudio realizado por el grupo Barna, solo el 3% de los niños ven la vida desde una perspectiva Bíblica.
Aun así, hay esperanza. Más del 70% de las decisiones sobre ser cristiano se toman entre los cuatro y catorce años. Además, los niños que deciden seguir a Cristo tienen mayor probabilidad de conservar la fe durante toda su vida. Los años de infancia tienen un impacto enorme en la formación de un niño hacía la persona que llegará a ser y la influencia que tendrá sobre el mundo; no se debe ignorar a los niños.
Dios nos está pidiendo que cambiemos radicalmente la forma en que observamos a los niños y que reaccionemos a su importancia estratégica y al lugar justo en el reino de Dios. Mientras el mundo observa a los niños como inmaduros y sin importancia, nosotros creemos que son de gran importancia para Dios y que pueden llegar a ser agentes de transformación en el reino de Dios.
La mejor manera de arrojar luz en la oscuridad es a través de abrir las ventanas. Si se trata de ganar el corazón de un niño que esté al otro lado de la calle o al otro lado del mundo, necesitamos intentarlo mientras que la ventana de oportunidad siga abierta.
Fuente: 4to14window.com